En cualquier inversión se puede ganar o perder. Al diseñar tu portafolio debes saber que a mayor tolerancia para asumir riesgos, mayores serán tus probabilidades de obtener una mejor rentabilidad. Si no estás dispuesto a asumir riesgos, habrá un potencial limitado de valorización de tu inversión. Aclaremos algunos términos:

Riesgo:

Probabilidad de no obtener beneficios o incluso de perder tu inversión.

Rentabilidad:

Ganancia que obtienes de tus inversiones.


Puedes planificar tus inversiones con base en la rentabilidad que esperas conseguir. Esto lo haces al identificar tu perfil de riesgo entre los cinco tipos que existen. El perfil de riesgo es el conjunto de características que definen a una persona según sus objetivos y plazos de inversión, así como según su capacidad para asumir riesgos que pueden resultar en ganancias o pérdidas. Estos son los tipos de perfil:

Conservador:

Buscas tranquilidad en tus inversiones. No estás dispuesto a asumir grandes riesgos y prefieres estabilidad y seguridad sobre tu capital, por lo que estás dispuesto a recibir rentabilidades potenciales bajas.

Prudente:

Tu tolerancia al riesgo es baja. Estás dispuesto a recibir un retorno modesto por la seguridad de tu inversión.


Moderado:

Tienes un mayor entendimiento de la relación riesgo-retorno y un enfoque balanceado al invertir. Quieres mantener un riesgo medio en tu portafolio.

Decidido:

Tienes un horizonte de inversión de mediano o largo plazo. Estás dispuesto a asumir mayores riesgos para obtener mayores ganancias.

Mayor riesgo:

Buscas alcanzar el máximo potencial de crecimiento a largo plazo. Aceptas fluctuaciones extremas en el valor de la inversión y toleras la volatilidad a fin de recibir la mayor rentabilidad posible.

Es importante aclarar que si bien asumir mayores riesgos aumenta tus probabilidades de obtener mejores rentabilidades, esto no garantiza el desempeño positivo de tu portafolio.

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